Jesús, los Mercaderes y la Navidad

 

Por R. C. Saccsara

 

Cuando se celebra o conmemora el nacimiento (Cumpleaños) de una persona, el centro de atención, es justamente esa persona, por lo tanto, los regalos o los buenos deseos giran en torno al agasajado. En analogía con la navidad, se supone que se celebra o conmemora el Nacimiento de Jesús, su filosofía de vida y lucha por la justicia social como Hombre, Revolucionario, Dios, Salvador, Mesías o como mejor puedan llamarlo. Claro que un porcentaje minoritario de las personas debe tomarlo así, a otras no les importa porque son ateos, de libre pensamiento o de otras religiones, pero la gran mayoría de la gente ignora el significado de la Navidad.

 

Desde la perspectiva humana, Jesús debe sentirse solo, abandonado. De los millones de “hermanos(as)”, “amigos(as)” que dice tener, solo algunos - los íntimos - lo visitarán o lo llamarán; el resto organizará grandes fiestas en honor a Jesús, pero el detalle es que él no estará invitado, la dirección de sus redes sociales de Jesús pareciera haber sido hackeado.

 

Es que la celebración de la navidad no tiene una buena base o fundamento, por lo tanto no se sabe a ciencia cierta qué fecha es el verdadero nacimiento de Jesús; Algunos hablan de abril o mayo, mientras que otros concluyen que fue en setiembre u octubre que son las fechas con mayor credibilidad o sustento histórico. Entonces ¿De dónde salió el 25 de diciembre? Según la historia, está relacionado con los altos mandos de la iglesia católica, Moción del Papa Julio I en el año 350 de nuestra era, lo cual fue decretado años después por el Papa Liberio.

“En diciembre se celebraba -en el gran espacio ocupado por el Imperio Romano- el culto a Saturno, dios de la agricultura (principal sustento y actividad económica de estos pueblos). Las Saturnales se realizaban del 17 al 23 de diciembre, los días más cortos del año, y luego el 25 de diciembre se consideraba el nacimiento del nuevo sol. La iglesia católica eligió esta fecha como día del nacimiento de Jesús en honor al dios Persa, Mitra (dios sol), la cual fue popular en el imperio Romano. También se podría decir que fue como una estrategia en su proceso de expansión en el que sistemáticamente buscó absorber y fusionar sus celebraciones con los ritos paganos de los diversos pueblos convertidos”. (Sir James Frazer, The Golden Bough -La Rama Dorada).

 

Volviendo a nuestra realidad, hoy la navidad no es más que un mercadeo al por mayor y menor donde se vende todo. Hay inversiones millonarias en publicidad para persuadir y manipular a las familias en gastar en tal o cual regalo, cena, paseo, diversión y un largo etc. 

 

Al menos en el Perú, la gratificación según ley deben ser pagadas a más tardar a la quincena de diciembre para lo cual, de ante mano, las empresas ya empiezan con la publicidad navideña a partir de noviembre, donde el indicador de aprecio, estima o amor depende de la calidad, cantidad y tamaño del regalo. Mayor gasto (No Inversión) para las familias, mejor ingreso para las empresas quienes si invierten (retorno del desembolso más rentabilidad) como se dijo líneas arriba, en mucha publicidad y producción. Obviamente esto no es malo desde el punto de vista del dinamismo económico sino utilizar la fe de la gente, el nacimiento de un personaje para fines individuales y desvirtuar el verdadero significado de la Navidad: El reflexionar en familia, reencuentro, conversación de los altibajos de la vida y etc.

 

Ahora bien, si Jesús resucitara para estas celebraciones y se diera unas vueltas por el Perú y algunos países ¿Qué diría? ¿Qué haría? ¿Cuál sería su reacción? Estoy muy seguro al igual que con los mercaderes en las Sinagogas de su tiempo, se enojaría mucho por esta situación y tomaría medidas muy drásticas e inusuales para el statu quo de nuestro tiempo.

Se sorprendería de tanta celebración, luces, pirotécnicos, regalos, papá –noeles creados por la coca cola en 1931 como campaña publicitaria para aumentar sus ventas en invierno, del incremento de la brecha de la desigualdad donde se trabaja más por la acumulación y no tanto por la distribución.

 

Feliz Navidad y procuren tener una noche buena.